lunes, 23 de noviembre de 2009

Cuando llueve



cuando llueve no siento mi alegría
y soy otro: el gris
el de hace tiempo

el que sólo miraba por la ventana
que hoy llora a cataratas

y el murmullo de gotas que se inmolan
trazando círculos blandos
me adormece

pero me escurro


la vereda se moja en mis zapatillas
y voy sorteando
mosaicos de una ciudad indiferente

y ese olor dulce a barro
¿dónde quedó?

mientras sigo sus huellas me pregunto
si es verdad que la luna vive en un charco
y se eleva al cielo con el reflejo
de una mirada

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